viernes, 18 de julio de 2008

Los 50 años del Instituto Padre Elizalde



PALABRAS A CARGO DE LA EX ALUMNA
Y PROFESORA DE LA ESCUELA SECUNDARIA
SRA GRACIELA BECCO

¡ Cómo se ha pasado la vida , aún cuando la hayamos vivido con todos los duelos y gozos !
si parece ayer nomás cuando recién salimos de la primaria y mirábamos con desconcierto y temor esta nueva escuela…

Pero imposible pedirle al tiempo que vuelva, y la memoria hace lo suyo y sus estantes polvorientos llenos de recuerdos traen de alguita manera las viejas historias que nos atraviesan otra vez.
Y es inevitable entrecerrar los ojos en el eco lejano de esta misma Iglesia nos encontramos con otras voces que se entremezclan con la vida de hoy. …
Y somos adolescentes… y las misas de algún primer viernes, algún acto más importante
el Padre Antonio dándonos el sermón en el pasillo del medio con ese terrible vozarrón, que cabía que fuera inevitable escucharlo .
Algunas otras tardes acuden al recuerdo y hacen nido en la comisura de mis labios y sonrío: ¡el cumpleaños del Cura, o el día de su santo! Y cada curso preparábamos dramatizaciones, imitábamos a los profesores en el medio del patio y él con su sotana a penas desabrochada muriéndose de risa – mocosos y mocosas ridículos desempeñando el rol de la negra Pardo – con sus grandes batallas -, la diosa Marta Prieto, la Srta. Rizzo, el magnífico Dr. Colombo. La Sra. de Morando con sus témperas y delirios.
La “Colorada” nuestra siempre presente preceptora: Nora, escuchando, abrazando aconsejando, retándonos y si no cumplíamos con el uniforme… al otro día: caja de tizas.
Cuántas veces habremos lijado los bancos, mejorado pizarrones. ¡Cuántas veces! Pero al final de cuentas, era nuestra casa y debíamos mantenerla en buen estado…
Cuántas veces lo habremos visto al mismo Padre Antonio, con los pantalones arremangados y en manga de camisa levantando ladrillos de un lugar a otro. Es bueno recordarte Padre, sería bueno que desde donde estés, veas como tu sueño de Colegio seguro su camino y casi diría el camino de servicio y de grandeza… Los que siguieron lo hicieron crecer más allá de tus propios sueños.
Aún hoy cuando, como profesora también egresada del Elizalde - recorro las viejas escaleras ya ahuecadas por el tiempo, siento la vieja emoción de aquellos días, entonces inmediatamente fijo los ojos en esos escalones gastados y los veo cuando la rectora María Celia Larre nos controlaba el ruedo de las polleras y abrir nuestro “coqueto” guardapolvo “marrón” y mostrar las faldas……. También veo al Sr. Figini nuestro director, alto, serio, casi inexorable y uno le daba un saludito que humedecía las palmas …….todas estas cosoas y muchas más forman parte de este Elizalde de hoy.
Aquellos tiempos fueron imborrables , la escuela nos congregó, nos unió, formando parte de una familia llamada Elizalde.
Allí pude descubrir mi vocación de ser profesora hasta la médula de mis huesos, pero también me enseñaron a ofrendar y a formar el alma de mis alumnos, a ser guía, a encontrar a Jesús en mis hermanos, a dejar el mundo mejor de lo que lo encontramos …..
¡Tantos y tantos recuerdos! Es inevitable hoy al recorrer pasillos y patios encontrar el lejano aroma de aquellos días de nuestra juventud………
Pero el hoy también es glorioso, primero porque permanecemos y hemos crecido y porque otros hombres y mujeres siguen con el estandarte en alto y el I.P.E sigue siendo un colegio grande y gran colegio, donde todos luchamos hombro a hombro para formar hombres de bien, de buena voluntad, de grandeza de corazón.
Para todos los que pertenecimos y pertenecemos el día de hoy es un día de emoción, recordamos al fundador de escuela y su lucha, pero también celebramos estos primeros 50 años de nuestra escuela y también festejamos la vida, el crecimiento y formación de todos aquellos que atravesaron estas aulas y rogamos que cada año se siga repitiendo el rito y milagro que los que fueron alumnos traigan a sus hijos, a sus nietos, generación tras generación ¡ que camino tan bello!
Quisiera pedir que Dios bendiga toda nuestra historia en el I.P.E y que sobretodo proteja e ilumine a todos aquellos que siguen y seguimos con la terrible y osada tarea de educar en estos tiempos que corren ……que Dios nos guíe para que de alguna manera la escuela siga siendo formadora de buenos hombres y mujeres.
Loa que formamos parte de aquellos tiempos nos enorgullece pertenecer y hoy cuando los egresados de cada año vienen a visitarnos con la necesidad de volver, nos da la certeza de haber hecho las cosas bien, hoy cuando nada parece ser demasiado profundo y permanente, que nuestros chicos nos extrañen esto, significa que les dimos fuertes raices y alas para volar, también me enorgullece ser profesora de la escuela y por todo esto rindo homenaje desde el fondo de mi alma a todos aquellos que me dieron tiempo, sabiduría y fundamentalmente AMOR simplemente ¡ GRACIAS ¡